Magia y publicidad unidas por el éxito

Aprovechando mi visita al Teatro Olympia de Valencia, hablaré acerca de la magia en publicidad. Esa tarde actuaba Juan Tamariz con su función «Magia Potagia» y yo, como buen amante de éste arte, no dudé en sacar dos buenas localidades y verlo de primera mano. Se trataba de una apuesta segura y como era de esperar, el espectáculo fue todo un éxito.

Por su parte, la magia de la publicidad está en sus mensajes, su objetivo y en sus recursos. Así, cada anuncio permite conocer a las personas a las que va destinado, su nivel de satisfacción de necesidades, sus preferencias, la prioridad en el sistema de valores y sus estereotipos vigentes. Todo esto se conoce gracias a diferentes fórmulas, estudios, investigaciones y, en algunos casos la propia observación, intuición y experiencias.

Para llegar ahí, debe conocerse la psicología del consumidor, de los medios de comunicación masiva, la expresión lingüística y estética, la comunicación gráfica y audiovisual y toda campo que permita ampliar las posibilidades de obtener sus objetivos de persuasión. Hay que indagar nuevas fórmulas y re-inventar los medios. Ampliarlos y optimizarlos.

No obstante, un publicitario no sabe sacar conejos de una chistera. Una buena campaña surge de la aplicación de recursos puramente comunicativos y de la puesta en marcha de un proceso llamado Planificación. En él se incorporan los pasos necesarios para asegurar en la medida de lo posible el nivel de acierto que los anunciantes exigen. Ahí aparece la verdadera magia. Horas de mucho trabajo y muchos profesionales que se ocupan de las diferentes partes del proceso. Como en otras actividades, el trabajo en equipo es clave.

Paralelamente, una buena manera de hacer marketing sin poner la etiqueta de «Publicidad» en la esquina superior izquierda del televisor es invertir el presupuesto destinado a ese medio en otros caminos. Eso sí, deberán ser caminos capaces de llegar de forma gratuita al medio por excelencia: la televisión. ¿Cómo? Generando el famoso PUBLICITY.

Una manera de hacerlo es la magia. La magia en publicidad puede conseguir un impacto brutal e imborrable para los espectadores, cosa que debe aprovecharse por las marcas. Lo más importante será adecuar el mensaje y aprovechar las situaciones y localizaciones. Si no se sabe integrar bien la marca, el resultado puede ser incluso perjudicial y la sensación para los espectadores de rechazo.

Si el objetivo se ha conseguido con la magia y las reacciones han sido positivas, inmediatamente después, lo primordial, será una óptima difusión. Una campaña puede ser relativamente económica si la sabemos difundir correctamente en los medios. Por una parte, la marca deberá haber filmado el evento/espectáculo para su posterior difusión audiovisual en medios gratuitos como plataformas de internet, etc. Se deberá haber generado mucho ruido y,… por otra parte, imaginamos que la era tecnológica habrá situado a más de un curioso con teléfono móvil allí. El word of mouth hará el resto.

A continuación, os dejo un ejemplo magnífico de la marca Lacoste. Ellos contaron con la ayuda del mago e ilusionista japonés Cyril Takayama. Merece la pena verlo hasta el final.

Y es que,… siempre hay un poco de magia en la publicidad.

Para los amigos de la magia, Cyril Takayama es un mago e ilusionista famoso en Japón por realizar sus trucos muchas veces en la calle o en lugares públicos. Además ha editado sus trucos más famosos en DVD muy al estilo de Chris Angel y ese tipo de magos callejeros.